Thursday 16 April 2020

MIS TROLES VECINOS - 2

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La vieja de los troles había salido a hacer la compra. Bueno, la compra... Como ya comenté, los troles salen de noche a cazar, pero, de vez en cuando "adquieren" cosas en el supermercado. Supongo que es para disimular, Me la encuentro en el pasillo, con una bolsa de la compra que la carga como si fuera un saco. Normalmente no lleva troles con ella en estas aventuras en el exterior (supongo que la vieja de los gatos, cuando sale, tampoco sale con los gatos, así que será algo parecido).

La matriarca de la tribu de troles unga-unga se me pone delante. Me asusto. Reconozco que le tengo miedo. Creo que tiene algo de chepa, pero todos los troles de la tribu, por lo que he alcanzado a ver, la tienen. Ha encendido todas las luces del pasillo (para eso están, les encantan encender todas las luces que hay desde el portal hasta la puerta del piso, que son cuatro, pero también encienden la que baja al garaje, por puro placer o porque les encanta gastar, no sé, la verdad). En fin, la matriarca se me planta en medio, suelta un gruñido y me dice (porque esta algo habla lenguaje humano, con un acento perruno que asusta, no obstante):

"L'otro día saltó su alarma y no' asuttó". 

Eso ya lo sabía yo. Informar informar, creo que no era su intención, era más bien quejarse. Pero hete aquí que mientras ella estaba en esas, por mi mente pasaron las interminables horas de unga-unga que ellos nos dedican del otro lado de la pared, día tras día, cuando hasta para pedir agua se gritan y se insultan (intuyo que es eso, pues no hablo trol). El tono de voz de los troles vecinos supera con creces los límites de decibelios permetidos, pero quién se atreve a decirles nada. 

Y en ese momento se me pasa una idea genial por la cabeza. La pongo en práctica ya el fin de semana siguiente. A las cuatro y media de la madrugada, hago que salte la alarma de mi casa desde la aplicación de mi móvil. Y no una ni dos veces, sino tres. Estoy lejos de casa, pero la sonrisa que se me dibuja en la cara es indescriptible. Encima, cuando el encargado de la alarma me llama, siempre le digo lo mismo: que mi alarma salta porque mis vecinos golpean constantemente la pared común y eso hace que las vibraciones disparen la alarma. Sé que los jode mucho, pero... ni así he conseguido que se den por aludidos con la cuestión de los decibelios que salen de su casa. 

© Frantz Ferentz, 2020

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